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5 excusas típicas para no bajar de peso

Muchas veces nos encontramos con personas que aseguran de manera repetida que  han intentado varias veces bajar de peso pero que nunca lo han conseguido, y cuándo les preguntas los motivos te responden: “es que soy así”. Son muchas las excusas para no bajar de peso, ya que la fuerza de voluntad y el esfuerzo que hay que hacer para conseguirlo, no son precisamente sencillos. Nosotros, conocedores de las excusas típicas de todos los mortales para no bajar de peso, recogemos las  5 más típicas:

    1. Es que yo soy de huesos anchos: una cosa es tener una constitución grande y la otra es que tengas barriguita cervecera porqué tienes los huesos anchos… Dentro de tu propia constitución, todos tenemos la posibilidad de llegar a un peso adecuado.
    2. Pero si es que no como y mira como estoy: otra de las excusas más manidas. A no ser que tengas algún problema de salud, si estás como un balón de fútbol, es porqué ingieres más calorías de las que tu cuerpo necesita, porque sí, el chorizo o las magdalenas que picas entre horas pueden llegar a engordarte más que las dos sardinas de la cena.
    3. Soy gorda por genética: otro de los grandes mitos. Uno puede ser más o menos propenso a engordar, pero con una buena alimentación y deporte, podemos superar incluso los pros de la genética.
    4. He hecho muchas dietas y ninguna ha funcionado: normal, la mayoría de personas cuándo dejan la dieta suelen empezar a comer mal otra vez. Hay que cambiar la manera de pensar para perder peso de verdad y de manera definitiva.
    5. Me quiero tal y como estoy: no se trata de qué te sientas más o menos cómodo con tu situación, se trata de que vivas bien y puedas disfrutar de una vida plena. La obesidad es una enfermedad y como tal hay que tratarla para ganar en calidad de vida.
  • Entonces… ¿cualquiera puede adelgazar?

A algunos les costará más, a otros menos, pero con esfuerzo, dedicación y ganas, todos podemos perder esos kilos de más que nos sobran. Lo que más cuesta es ser fuertes y tener fuerza de voluntad, la barrera más grande se encuentra en nuestra propia cabeza.